miércoles, 17 de enero de 2018

TEORÍA MACROECONÓMICA: LA BISAGRA Y LA HEGEMONÍA ECONÓMICA

Alejandro Nadal - Periódico La Jornada
En los años anteriores a la crisis financiera de 2008 parecía existir un consenso entre los economistas de las más prestigiadas universidades y oficinas de gobierno. Eran los años de la llamada Gran Moderación, frase acuñada por Alan Greenspan para denotar la época en que por fin las crisis habían sido vencidas.

El consenso giraba alrededor de un edificio teórico derivado del monetarismo y de una clase de modelos macroeconómicos que conforman la llamada Nueva Macroeconomía Clásica. Sus dogmas los conocemos de sobra: estabilidad y eficiencia de los mercados. El predominio de esta construcción de teoría macroeconómica clásica excluía la posibilidad de una nueva crisis. Era como si Keynes y sus lecciones sobre la inestabilidad intrínseca de cualquier economía capitalista nunca hubieran existido. Los economistas que mantenían posturas distintas pasaron al rincón de los heterodoxos y fueron sistemáticamente marginados.

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