martes, 16 de enero de 2018

OBAMA RESISTE A SU NÉMESIS

  • Un año después de la llegada de Donald Trump al poder el legado del primer presidente negro de Estados Unidos aguanta erosionado
Pablo de Llano - Miami - El País
Un año después de la investidura de Donald Trump como presidente de Estados Unidos, el clima político promovido desde la Casa Blanca es el reverso exacto del que procuró cultivar su antecesor, Barack Obama. En el mismo país en el que durante las dos legislaturas del demócrata (2009-2017) se debatía sobre si había cristalizado ya una sociedad posracial, simbolizada por la conquista de Obama, primer presidente afroamericano, el nuevo mandamás del Despacho Oval, el heterodoxo republicano Trump, aviva con su retórica el fantasma de la discriminación y la división y se ve obligado a desmarcarse de la imagen que él mismo dibuja con afirmaciones propias de un tiempo que parecía superado por la era Obama: "Yo no soy racista", aseguró el domingo tras los supuestos comentarios en los que habría calificado de "países de mierda" a Haití y El Salvador. El presidente educado en Harvard que cerraba la herida racial ha sido sustituido por su némesis. Un magnate intempestivo que le arroja sal a puñados.

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