- Una veintena de habitantes de un pueblo del Este del país resiste al avance de una mina de lignito, una de las principales fuentes de energía del país
Los irreductibles habitantes de Pödelwitz no están solos. Su rechazo a la quema masiva de carbón la comparte gran parte de una Unión Europea decidida a dar la espalda a esta fuente de energía. Aún así, su lucha tiene pocos visos de prosperar en Alemania, un país adicto al carbón contaminante y barato, que alimenta su industria y ensucia su imagen de líder global contra el cambio climático. Cómo acometer la transición a una economía libre de carbón y cumplir con los objetivos de reducción de CO2 se ha convertido en uno de los grandes en las negociaciones para formar Gobierno en Berlín.
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