Joaquín Estefanía / El País
Mientras muchas cosas cambian a velocidad de vértigo, la política
económica de la Unión Europea (UE) continúa paralizada. Se suceden las
cumbres de la nada con declaraciones rimbombantes. Emergen de nuevo las
turbulencias en los mercados de valores, con comportamientos en forma de
picos de sierra, tan parecidos a los del pasado inmediato, y muchos
hablan directamente de la posibilidad de una catastrófica tercera
recesión en el seno de la Gran Recesión, sin que se pongan medidas de
choque para evitarla. Las recesiones parecen fenómenos naturales,
meteorológicos, ajenos a la mano del hombre. Resultado: más desconfianza
ciudadana.
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