El
Gobierno alemán puede cometer un error histórico si sigue defendiendo políticas
de corto alcance que lo favorecen en casa en vez de enfrentarse a los problemas
que han puesto a Europa en situación de emergencia
Jürgen Habermas / El País
Con el título, tan
significativo, de “Kein deutsches Europa!” [No queremos una Europa alemana],
Wolfgang Schäuble
desmentía hace poco en un artículo publicado simultáneamente en diarios de
Inglaterra, Francia, Polonia, Italia y España, que Alemania aspire a asumir el
liderazgo político en la Unión Europea (Süddeutsche Zeitung
20/21 de julio de 2013). Schäuble que, junto con la ministra de Trabajo, es el
último “europeo” de corte germano-occidental que queda en el gabinete de Angela
Merkel, habla desde el pleno convencimiento personal. Es cualquier cosa menos
un revisionista que quiera anular la integración de Alemania en Europa y
destruir así el fundamento de la estabilidad del orden de posguerra. Conoce el
problema cuyo regreso debemos temer nosotros, los alemanes.
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