MÉXICO, D.F.
(Proceso).- Si bien la corrupción y la impunidad son parte del día a día en
México, no por ello deben dejar de denunciarse. Prácticas ilegales como éstas,
empero, palidecen ante el cúmulo de gravísimas irregularidades que, hoy por
hoy, convierten al Metro en una bomba de tiempo, lo que de hecho millones de
usuarios pueden fácilmente intuir. No hablo en sentido figurado, sino literal,
más aún cuando la información que expondré enseguida la obtuve de documentos
oficiales, así como de testimonios de varios trabajadores de ese sistema de
transporte, quienes, además, me acompañaron en un recorrido por diversas
estaciones e instalaciones, lo que me permitió observar de manera directa
insuficiencias y corroborar sus dichos. Veamos.
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