Luis Rubio / El Siglo de Torreón
En una de sus famosas arengas, el presidente Lincoln lanzó una pregunta
retórica que se aplica a nuestro pseudodebate en materia energética.
"¿Cuántas patas tiene un perro si se incluye la cola? Cuatro", se
respondió a sí mismo. "El hecho de que se llame pata a una cola no la
hace una pata". El mundo de la energía ha cambiado radicalmente pero
nosotros seguimos atorados en 1938. El problema es que si no rompemos la
inercia, nos arriesgamos a un colapso económico.
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