Justo cuando corren versiones de una enfermedad grave que ha debilitado
su ejercicio de gobierno, el gobernador de Michoacán, Fausto Vallejo,
mostró ayer su mano dura al autorizar la entrada de la Policía Federal a
tres Normales que mantenían tomadas los estudiantes junto con camiones
de transporte que permanecían secuestrados por los normalistas. El saldo
del amanecer violento michoacano fue de 176 estudiantes detenidos, tres
heridos, varios camiones incendiados y un conflicto que amenaza con
crecer y desestabilizar al estado.
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