Pese a que las cajas de huevo importado indican que debe mantenerse en refrigeración, éste se distribuye "en seco".
Ciudad de México.- Con
todo y el proceso de repoblación de gallinas y las importaciones
autorizadas, el huevo continúa dando de qué hablar, pues sigue caro y
del poco que se vende en algunas ocasiones se ha comercializado en
condiciones que podrían poner en riesgo su composición.
Lo anterior, porque a diferencia del huevo mexicano, el blanquillo proveniente de Estados Unidos está procesado bajo un esquema de frío, por lo que debe distribuirse, comercializarse y almacenarse refrigerado; sin embargo, en tiendas de autoservicio se ha colocado en estantes como el resto de los productos, aun y cuando la caja de empaque dice claramente la leyenda "Keep Refrigerated" (Manténgase en refrigeración).
Incluso, en su momento, el propio Consejo Nacional Agropecuario (CNA) advirtió que no serían tan fáciles las importaciones de huevo procedentes de la Unión Americana, toda vez que en México no existe la infraestructura logística para mantener el blanquillo estadunidense en frío, a diferencia del mexicano, que es procesado en seco. Y, claro, la evidencia es que ambos productos se han llegado a comercializar en seco, es decir, al aire libre. Y por si no fuera suficiente, otro asunto es el costo del producto, ya que a pesar de que el precio promedio del kilo de huevo a lo largo del país es de 25 pesos por kilo y de 28 pesos en el Distrito Federal, lo cierto es que en la capital es factible encontrarlo hasta en 49 pesos (96 por ciento por encima del promedio nacional); e incluso en grandes cadenas de autoservicio. En este sentido, en la tienda Superama, sucursal Homero, el paquete de 18 huevos blancos (1,080 gramos, un poco más de un kilogramo), de la marca Bachoco, se vende en 49 pesos, lo que representa casi el doble del promedio nacional. De esta manera, aún y con la importación de 12 mil toneladas de huevo así como el avance en la repoblación de gallinas ponedoras tras el sacrificio de 22 millones por el brote de la influenza aviar, lo cierto es que persisten los altos precios del producto, en detrimento de la economía de las familias mexicanas por tratarse de un producto de consumo básico.
Lo anterior, porque a diferencia del huevo mexicano, el blanquillo proveniente de Estados Unidos está procesado bajo un esquema de frío, por lo que debe distribuirse, comercializarse y almacenarse refrigerado; sin embargo, en tiendas de autoservicio se ha colocado en estantes como el resto de los productos, aun y cuando la caja de empaque dice claramente la leyenda "Keep Refrigerated" (Manténgase en refrigeración).
Incluso, en su momento, el propio Consejo Nacional Agropecuario (CNA) advirtió que no serían tan fáciles las importaciones de huevo procedentes de la Unión Americana, toda vez que en México no existe la infraestructura logística para mantener el blanquillo estadunidense en frío, a diferencia del mexicano, que es procesado en seco. Y, claro, la evidencia es que ambos productos se han llegado a comercializar en seco, es decir, al aire libre. Y por si no fuera suficiente, otro asunto es el costo del producto, ya que a pesar de que el precio promedio del kilo de huevo a lo largo del país es de 25 pesos por kilo y de 28 pesos en el Distrito Federal, lo cierto es que en la capital es factible encontrarlo hasta en 49 pesos (96 por ciento por encima del promedio nacional); e incluso en grandes cadenas de autoservicio. En este sentido, en la tienda Superama, sucursal Homero, el paquete de 18 huevos blancos (1,080 gramos, un poco más de un kilogramo), de la marca Bachoco, se vende en 49 pesos, lo que representa casi el doble del promedio nacional. De esta manera, aún y con la importación de 12 mil toneladas de huevo así como el avance en la repoblación de gallinas ponedoras tras el sacrificio de 22 millones por el brote de la influenza aviar, lo cierto es que persisten los altos precios del producto, en detrimento de la economía de las familias mexicanas por tratarse de un producto de consumo básico.
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