Leo Zuckermann / Excelsior
Conduzco Es la hora de opinar en FOROtv de Televisa. Dirijo el programa radiofónico Imagen electoral en Imagen. Fui comentarista de Entre tres de TV Azteca. Participé en múltiples ocasiones en Zona abierta en Televisa. Menciono esto para dejar en claro que sí tengo un interés en la pretensión del IFE de monitorear y calificar las opiniones en los programas de opinión. Simple y sencillamente me parece una estupidez.
Para empezar, porque dicha medición no va a tener consecuencia alguna. Sólo es para “informar” al público si la cobertura fue “positiva, negativa o neutra” de un candidato y/o político durante las campañas. Esto lo lleva haciendo el IFE desde los años noventa con los noticieros.
Entiendo la utilidad de esta medida en el México autoritario de antes donde el gobierno presionaba a los medios para darle una mayor y mejor cobertura al candidato oficial del PRI. Pero, ¿tiene sentido seguirlo haciendo en una democracia? Yo creo que no. A estas alturas del partido, como lo demuestra el monitoreo de medios de la elección presidencial pasada, ya existe una cobertura noticiosa equilibrada. El reporte de 2006 monitoreó 347 noticieros entre el 19 de enero y el 30 de junio de ese año. En seis mil 256 horas de contenidos sobre las campañas presidenciales, 24% fue dedicado a la campaña de López Obrador, 21% a la de Madrazo y 17% a la de Calderón, el candidato ganador. Del total del tiempo evaluado, 96% de la cobertura fue neutra para los candidatos, 3% fue negativo y 1% positivo, siendo López Obrador el candidato que más generó menciones negativas y positivas en los noticieros.
¿Para qué, entonces, seguir midiendo los noticieros? Por una razón: lo manda la ley. Pero la noticia es que, en lugar de seguir haciendo lo mismo, los señores del IFE ahora quieren incluir los programas de opinión. Me parece increíble. Si de por sí tienen que regular mil y una cosas con la nueva legislación electoral, ellos, como burócratas que son, solitos incrementan el peso regulatorio y administrativo de su institución.
Por mi parte, no tengo problema alguno en que alguien mida todo lo que quiera en los programas que conduzco y en los que participo, siempre y cuando no me censuren o castiguen. En este sentido, con todo respeto, el monitoreo del IFE me vale un pepino.
Lo que me disgusta es que dicho ejercicio lo haga el Estado con mis impuestos. El IFE va a gastar más de 50 millones de pesos en el monitoreo. En un país con tantas carencias como México, ¿tiene sentido que la autoridad gaste dinero para medir lo que dicen los noticieros y programas de opinión? ¿De verdad tiene una utilidad?
Vamos a decir que mañana sale que un programa tuvo un sesgo claro a favor de un candidato. Y luego, ¿qué? ¿Cuál es el castigo? ¿De qué sirve monitorear y calificar si no hay consecuencias? En todo caso, lo preocupante sería que la autoridad, con base en el monitoreo, proceda a la censura. Pero eso no va a ocurrir porque es inconstitucional.
En todo caso, yo creo que todo conductor o comentarista, como cualquier ciudadano, tiene derecho de tener un sesgo a favor o en contra de un candidato y/o partido. La audiencia es la única que puede castigarlo o premiarlo. Si les gusta, lo siguen oyendo. Si no, pues le cambian y punto.
Es lo que sucede en otros países. En EU, los comentaristas de FOX News son republicanos hasta el tuétano; los de MSNBC, demócratas y los de CNN más bien neutros. Cada quien ve lo que más le gusta. Hay para todos los gustos y audiencias.
Y he ahí la solución para tener una verdadera pluralidad de opiniones en los medios: tener muchos medios. Entre más, mejor. Si los políticos quieren eso, pues que promuevan la competencia en los medios de comunicación. Porque lo otro, eso de que la autoridad monitoree y califique, tiene un tufillo soviético de un Estado que quiere controlar para supuestamente lograr una mayor pluralidad. Se trata de una estupidez que no va a servir de nada más que para tirar 50 millones de pesos del contribuyente al excusado.
Conduzco Es la hora de opinar en FOROtv de Televisa. Dirijo el programa radiofónico Imagen electoral en Imagen. Fui comentarista de Entre tres de TV Azteca. Participé en múltiples ocasiones en Zona abierta en Televisa. Menciono esto para dejar en claro que sí tengo un interés en la pretensión del IFE de monitorear y calificar las opiniones en los programas de opinión. Simple y sencillamente me parece una estupidez.
Para empezar, porque dicha medición no va a tener consecuencia alguna. Sólo es para “informar” al público si la cobertura fue “positiva, negativa o neutra” de un candidato y/o político durante las campañas. Esto lo lleva haciendo el IFE desde los años noventa con los noticieros.
Entiendo la utilidad de esta medida en el México autoritario de antes donde el gobierno presionaba a los medios para darle una mayor y mejor cobertura al candidato oficial del PRI. Pero, ¿tiene sentido seguirlo haciendo en una democracia? Yo creo que no. A estas alturas del partido, como lo demuestra el monitoreo de medios de la elección presidencial pasada, ya existe una cobertura noticiosa equilibrada. El reporte de 2006 monitoreó 347 noticieros entre el 19 de enero y el 30 de junio de ese año. En seis mil 256 horas de contenidos sobre las campañas presidenciales, 24% fue dedicado a la campaña de López Obrador, 21% a la de Madrazo y 17% a la de Calderón, el candidato ganador. Del total del tiempo evaluado, 96% de la cobertura fue neutra para los candidatos, 3% fue negativo y 1% positivo, siendo López Obrador el candidato que más generó menciones negativas y positivas en los noticieros.
¿Para qué, entonces, seguir midiendo los noticieros? Por una razón: lo manda la ley. Pero la noticia es que, en lugar de seguir haciendo lo mismo, los señores del IFE ahora quieren incluir los programas de opinión. Me parece increíble. Si de por sí tienen que regular mil y una cosas con la nueva legislación electoral, ellos, como burócratas que son, solitos incrementan el peso regulatorio y administrativo de su institución.
Por mi parte, no tengo problema alguno en que alguien mida todo lo que quiera en los programas que conduzco y en los que participo, siempre y cuando no me censuren o castiguen. En este sentido, con todo respeto, el monitoreo del IFE me vale un pepino.
Lo que me disgusta es que dicho ejercicio lo haga el Estado con mis impuestos. El IFE va a gastar más de 50 millones de pesos en el monitoreo. En un país con tantas carencias como México, ¿tiene sentido que la autoridad gaste dinero para medir lo que dicen los noticieros y programas de opinión? ¿De verdad tiene una utilidad?
Vamos a decir que mañana sale que un programa tuvo un sesgo claro a favor de un candidato. Y luego, ¿qué? ¿Cuál es el castigo? ¿De qué sirve monitorear y calificar si no hay consecuencias? En todo caso, lo preocupante sería que la autoridad, con base en el monitoreo, proceda a la censura. Pero eso no va a ocurrir porque es inconstitucional.
En todo caso, yo creo que todo conductor o comentarista, como cualquier ciudadano, tiene derecho de tener un sesgo a favor o en contra de un candidato y/o partido. La audiencia es la única que puede castigarlo o premiarlo. Si les gusta, lo siguen oyendo. Si no, pues le cambian y punto.
Es lo que sucede en otros países. En EU, los comentaristas de FOX News son republicanos hasta el tuétano; los de MSNBC, demócratas y los de CNN más bien neutros. Cada quien ve lo que más le gusta. Hay para todos los gustos y audiencias.
Y he ahí la solución para tener una verdadera pluralidad de opiniones en los medios: tener muchos medios. Entre más, mejor. Si los políticos quieren eso, pues que promuevan la competencia en los medios de comunicación. Porque lo otro, eso de que la autoridad monitoree y califique, tiene un tufillo soviético de un Estado que quiere controlar para supuestamente lograr una mayor pluralidad. Se trata de una estupidez que no va a servir de nada más que para tirar 50 millones de pesos del contribuyente al excusado.
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