LEO ZUCKERMANN / EXCELSIOR
Cientos de miles de mexicanos vieron al juez Héctor Palomares hacer el ridículo en la pantalla grande en el documental Presunto Culpable de Layda Negrete y Roberto Hernández. Sin embargo, el miércoles, el Consejo de la Judicatura del Distrito Federal ratificó a Palomares como Juez de Primera Instancia por otros seis años en el Juzgado 26 de lo Penal con sede en el Reclusorio Preventivo Oriente. ¡Qué barbaridad!
La decisión fue apoyada por los magistrados de la Comisión de Ética del Tribunal Superior de Justicia Local, quienes analizaron la grabación completa del juicio que luego fue exhibido en el documental mencionado. No sé lo que vieron estos funcionarios del Poder Judicial de la capital. Lo que yo vi en Presunto Culpable fue un juez de pena ajena que, lejos de ratificarlo, lo hubiera corrido ipso facto. Un burro cargado de letras con la grandísima responsabilidad de juzgar si un individuo es culpable o inocente; de quitarles la libertad a muchas personas.
En el caso de José Antonio Zúñiga, mejor conocido como Toño, el juez Palomares se equivocó, y gacho. De hecho, se trata del personaje más patético de todo el documental. Que los policías judiciales sean unos cabrones con pintas, por desgracia no nos sorprende. Que la Ministerio Público sea una burócrata de quinta, que sólo le interesa "hacer su chamba", es decir conseguir convicciones a pesar de que sean injustas, pues tampoco nos sorprende. Que el primer abogado defensor de Toño haya sido un rufián que había falsificado su cédula profesional para sacarle dinero a la familia, ya comienza a enojarnos. Pero que el juez sea un cretino que le vale absolutamente un pepino el hacer justicia --que acepta las mentiras y la actuación de todos los patéticos personajes antes mencionados--, eso sí ya es intolerable.
Este juez es el que decidió, no una, sino dos veces, encarcelar a Toño por varios años, en lugar de aplicar la ley y hacer justicia. Él fue el que debió corregir la mala actuación de la policía, fiscales y el primer abogado defensor. Lejos estuvo el licenciado Palomares de hacerlo. En claro contubernio con la Ministerio Público, acabó ratificando la sentencia de cárcel a Toño como si la segunda defensa de éste no hubiera presentado pruebas contundentes de su inocencia en el juicio que vimos en Presunto Culpable. Por fortuna, un tribunal colegiado de segunda instancia sí corrigió el error del juez y por eso hoy Toño se encuentra libre.
Francamente no lo entiendo: ¿cómo es posible que la judicatura del DF haya ratificado en su puesto a Palomares después de lo que vimos en la pantalla? No sólo debieron haberlo despedirlo, sino levantarle cargos por la mala fe e incapacidad profesional al sentenciar a un individuo que presentó pruebas contundentes de su inocencia. Me parece increíble y escandaloso que no haya habido consecuencias. Por el contrario, que lo hayan dejado en su puesto hasta julio de 2017. Pobres de los presuntos inocentes que caigan con este juez. Pobre de la justicia mexicana que está en manos de estos seudojueces.
De acuerdo a la nota periodística que informa de la ratificación de Palomares en su puesto, "magistrados y consejeros hicieron un balance entre lo que difundió la cinta Presunto Culpable y la realidad en el trabajo cotidiano del juez, quien aprobó exámenes y demostró durante las visitas que hizo el Consejo de la Judicatura no tener rezago en los expedientes".
Parece que lo que importa son criterios burocráticos: que el juez cumpla el objetivo de expedientes procesados. Al parecer no importa la calidad de las decisiones del juzgador. Ni que haya hecho el ridículo frente a cientos de miles que vieron el documental. Una barbaridad. Otro signo más de la pobreza de la justicia mexicana. Más bien de la no-justicia mexicana.
Cientos de miles de mexicanos vieron al juez Héctor Palomares hacer el ridículo en la pantalla grande en el documental Presunto Culpable de Layda Negrete y Roberto Hernández. Sin embargo, el miércoles, el Consejo de la Judicatura del Distrito Federal ratificó a Palomares como Juez de Primera Instancia por otros seis años en el Juzgado 26 de lo Penal con sede en el Reclusorio Preventivo Oriente. ¡Qué barbaridad!
La decisión fue apoyada por los magistrados de la Comisión de Ética del Tribunal Superior de Justicia Local, quienes analizaron la grabación completa del juicio que luego fue exhibido en el documental mencionado. No sé lo que vieron estos funcionarios del Poder Judicial de la capital. Lo que yo vi en Presunto Culpable fue un juez de pena ajena que, lejos de ratificarlo, lo hubiera corrido ipso facto. Un burro cargado de letras con la grandísima responsabilidad de juzgar si un individuo es culpable o inocente; de quitarles la libertad a muchas personas.
En el caso de José Antonio Zúñiga, mejor conocido como Toño, el juez Palomares se equivocó, y gacho. De hecho, se trata del personaje más patético de todo el documental. Que los policías judiciales sean unos cabrones con pintas, por desgracia no nos sorprende. Que la Ministerio Público sea una burócrata de quinta, que sólo le interesa "hacer su chamba", es decir conseguir convicciones a pesar de que sean injustas, pues tampoco nos sorprende. Que el primer abogado defensor de Toño haya sido un rufián que había falsificado su cédula profesional para sacarle dinero a la familia, ya comienza a enojarnos. Pero que el juez sea un cretino que le vale absolutamente un pepino el hacer justicia --que acepta las mentiras y la actuación de todos los patéticos personajes antes mencionados--, eso sí ya es intolerable.
Este juez es el que decidió, no una, sino dos veces, encarcelar a Toño por varios años, en lugar de aplicar la ley y hacer justicia. Él fue el que debió corregir la mala actuación de la policía, fiscales y el primer abogado defensor. Lejos estuvo el licenciado Palomares de hacerlo. En claro contubernio con la Ministerio Público, acabó ratificando la sentencia de cárcel a Toño como si la segunda defensa de éste no hubiera presentado pruebas contundentes de su inocencia en el juicio que vimos en Presunto Culpable. Por fortuna, un tribunal colegiado de segunda instancia sí corrigió el error del juez y por eso hoy Toño se encuentra libre.
Francamente no lo entiendo: ¿cómo es posible que la judicatura del DF haya ratificado en su puesto a Palomares después de lo que vimos en la pantalla? No sólo debieron haberlo despedirlo, sino levantarle cargos por la mala fe e incapacidad profesional al sentenciar a un individuo que presentó pruebas contundentes de su inocencia. Me parece increíble y escandaloso que no haya habido consecuencias. Por el contrario, que lo hayan dejado en su puesto hasta julio de 2017. Pobres de los presuntos inocentes que caigan con este juez. Pobre de la justicia mexicana que está en manos de estos seudojueces.
De acuerdo a la nota periodística que informa de la ratificación de Palomares en su puesto, "magistrados y consejeros hicieron un balance entre lo que difundió la cinta Presunto Culpable y la realidad en el trabajo cotidiano del juez, quien aprobó exámenes y demostró durante las visitas que hizo el Consejo de la Judicatura no tener rezago en los expedientes".
Parece que lo que importa son criterios burocráticos: que el juez cumpla el objetivo de expedientes procesados. Al parecer no importa la calidad de las decisiones del juzgador. Ni que haya hecho el ridículo frente a cientos de miles que vieron el documental. Una barbaridad. Otro signo más de la pobreza de la justicia mexicana. Más bien de la no-justicia mexicana.
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